6 de diciembre de 2011

Declaración de la Presidencia de la Izquierda Europea: Pueblos de Europa, uníos.


La Eurozona y la propia Unión Europea (UE) están frente a la peor crisis desde su fundación. No sólo está en cuestión la existencia de la Eurozona sino la propia estructura institucional de la UE. El proceso de unificación europea se ha transformado en un arma ideológica y política de las clases capitalistas europeas en su lucha contra las clases trabajadoras, y el rescate del Euro se lleva a cabo sobre las espaldas de la mayoría del pueblo europeo.

 
Los recientes acontecimientos en Italia muestran que estábamos en lo cierto cuando decíamos que Grecia era usada como la cobaya de Europa. El experimento se ha hundido. Mientras Grecia asiste a una tragedia social el equilibrio financiero no se ha conseguido. La crisis se expande ahora por toda la Eurozona e incluso va más allá. Las desigualdades están creciendo día a día. El experimento de la ultra-austeridad, el desmantelamiento del Estado de Bienestar, la quiebra de toda la sociedad debe acabar ya.

 
En esta crisis estructural, en esta crisis sistémica y global del capitalismo las ideas y recetas etnocéntricas fracasan.

 
Si fallamos en la batalla contra esta ofensiva antidemocrática que se da en Europa entonces el camino estará expedito para una nueva hegemonía del nacionalismo extremista y xenófobo. La estrategia neoliberal de la UE ha permitido que el nacionalismo, el neofascismo y el racismo formen parte de la política cotidiana. En el caso de Grecia incluso la extrema derecha ha llegado a formar parte del “gobierno de salvación”.

 
Con estas consideraciones la Izquierda Europea reafirma su dedicación a la formación de un frente social y político de resistencia y alternativo que permita a los pueblos de Europa, a los trabajadores, a las mujeres, a los inmigrantes y a la juventud ser protagonistas y factores determinantes para cambiar radicalmente la actual relación de fuerzas.

 
Ha llegado la hora de alentar al conjunto de actores sociales y de coordinar las campañas y los movimientos sociales bajo el lema “Pueblos de Europa, Uníos”. Ha llegado también la hora de presionar en el Parlamento Europeo para que se dé un debate nuevo, fundamental sobre la cuestión de la refundación de Europa sobre una base social, en contraposición a la decisión autoritaria de la “Gobernanza Económica” del 26 de octubre, según la cual se erige un nuevo e ilegitimo “Consejo de la Eurozona” no controlado democráticamente.

 
Los tratados europeos existentes, basados en el monetarismo y el neoliberalismo como los de Maastricht y de Lisboa, ya están muertos. Y es a causa de ellos que sufren catástrofes sociales los pueblos de Europa.

 
La Izquierda Europea ha presentado oportunamente repetidas veces propuestas para prevenir y superar la crisis que nos afecta. Estas propuestas toman todo su sentido al comprobar lo que nos ocurre ahora.



1) Repetimos nuestra petición para una inmediata suspensión de todos los planes y memoranda de austeridad y que sean sustituidos por un programa de desarrollo social basado en la inversión pública.



2) Es una exigencia imperativa la celebración de una Conferencia Europea para adoptar una solución al problema de la deuda de los países de la Eurozona. Esa solución pasa por la abolición de una parte de la deuda pública y el traspaso de la otra parte al Banco Central Europeo (BCE).



3) También hay una urgente necesidad de préstamos directos y de bajo coste para todos los países que han sufrido los ataques de los mercados financieros ya a través del BCE o por medio de un fondo especial a tal fin que reciba los préstamos del BCE y orillando los mercados los dé directamente a los países afectados.



4) Los círculos conservadores y sus lobbies ya han abierto el debate sobre la reforma de los tratados europeos pero en una dirección más rígida. La Izquierda Europea acepta el reto. Nosotros luchamos por una Europa de solidaridad y que dé solución a las necesidades sociales, estamos contra la Europa de los mercados. Lucharemos por un cambio radical de los tratados en la dirección de acabar con el neoliberalismo y de proponer los siguientes principios:



El fortalecimiento de la democracia, de la unificación política y la soberanía popular.

 
Un radical cambio en el papel del BCE a fin de que se convierta en el último recurso para obtener préstamos y que sea capaz de imprimir moneda.

 
El refuerzo e incremento del presupuesto europeo para que así pueda afrontar la lucha contra las desigualdades sociales y económicas

 
La derogación de los criterios de estabilidad (tasa de interés, deuda pública, déficit público, e inflación) para así facilitar la inversión pública acorde con principios sociales como el desarrollo social, el empleo y el equilibrio comercial.

 
Estas son algunas de las medidas de urgencia propuestas para que Europa evite la catástrofe. Sin embargo con el fin de conseguir una solución viable y sostenible, si queremos evitar sucesivas crisis, han de proponerse nuevas prioridades en el contexto de una refundación de Europa. “¡Europa será democrática y social o no existirá!”.

 
Atenas,
Presidencia de la Izquierda Europea.