Como todos los años, el Partido Comunista en este 1º de mayo, fecha histórica del movimiento obrero, cargada de luchas, reivindicaciones y avances laborales, sale de nuevo a la calle para plantar cara a la crisis. Una crisis que no es sólo económica, es ecológica, alimentaria, energética y de valores. Es una crisis global del sistema capitalista que ha agotado su ciclo histórico y se ha mostrado incapaz de satisfacer las necesidades más básicas del ser humano. Se hunde la concepción neoliberal de la economía y del mercado como único y supremo regulador del sistema y de nuestras sociedades.
La actual crisis financiera internacional viene precedida de un proceso de crecimiento descomunal del sector, de una ausencia total de regulación y de rápidas y suculentas ganancias de un mercado caracterizado por la opacidad, por la especulación y por el desenfreno. El predominio absoluto del sector financiero sobre el productivo sin creación de riqueza real de uso social, ha terminado por estallar haciendo quebrar el sistema y arrastrando con ello a toda la economía mundial. Reventó la burbuja financiera que ha venido arrojando beneficios millonarios para unos pocos mientras se creaban las mayores desigualdades sociales a lo largo del planeta.Y esta crisis mundial golpea con más fuerza a la economía española por los problemas estructurales derivados del modelo productivo y del crecimiento de nuestro país en las últimas décadas. La economía del ladrillo, del turismo, del consumo, del endeudamiento familiar y exterior, acompañada de un mercado laboral desregulado, precario, con bajos salarios, falta de formación y seguridad nos han llevado al drama social actual. Tres millones quinientos mil parados, de los cuales más de un tercio no cobra subsidio alguno, golpeando con fuerza a aquellos sectores más débiles: inmigración, juventud y mujeres.
El pago de las hipotecas ahoga la economía de las familias trabajadoras. Las medianas y pequeñas empresas no disponen de créditos para seguir con su actividad económica. Y los trabajadores y las trabajadoras sienten ya la angustia de un futuro sin empleo y sin prestaciones económicas.Ante esta situación, los voceros y valedores del sistema capitalista, defensores a ultranza del mercado libre, se dirigen ahora al Estado para que les sufrague sus excesos, pague sus deudas, sanee sus bancos para volver a recuperar las altas tasas de ganancia de tiempos pasados. De nuevo, como siempre, privatizar el beneficio, socializar las pérdidas. Nos hablan de refundar, de moderar, de ordenar el capitalismo, cambiando algunas cosas para no cambiar nada y cargando sus consecuencias sobre la clase trabajadora. Oímos ya propuestas que van en ese sentido: flexibilizar aún más el mercado laboral, abaratar el despido, bajar impuestos a la patronal, ampliar la edad de jubilación o congelar los salarios. Nosotros les decimos, bien alto y claro, que la crisis no se ha generado en el mercado laboral y por lo tanto no vamos a permitir recorte alguno en los derechos laborales conquistados con tanto esfuerzo. El problema es el propio capitalismo y ninguna solución perdurable puede venir de él.
Para el Partido Comunista de España la salida de la crisis tiene que ser una salida democrática, que beneficie a la mayoría de la población y que ponga en marcha la construcción del socialismo del siglo XXI. Desde la izquierda política y sindical hay alternativas a la crisis, tenemos propuestas posibles, creíbles y ejecutables en el día de hoy, debemos hacerlas realidad impulsando la participación de los trabajadores y las trabajadoras en un proceso de cambio y transformación social, con debate, organización y movilización.
Para el PCE los objetivos a corto y medio plazo pasan, entre otros, por: el impulso de empleo estable desde el sector público, crédito y banca pública, reforma fiscal progresiva, defensa de derechos laborales históricos, mayor protección del desempleo, reforzamiento de los servicios públicos universales y aplicación de la jornada laboral de 35 horas, sin reducción salarial.Cuando se derrumba el montaje neoliberal, es el momento de reflexionar, de organizar y pasar a la acción por un mundo mejor.
El cambio pasará, necesariamente, por una participación real en los asuntos públicos y en el seno de las empresas. En este 1º de mayo, nos reafirmamos en los valores humanos de solidaridad y justicia social, situamos, de nuevo, el horizonte socialista, llamamos a toda nuestra afiliación y al conjunto de los trabajadores y trabajadoras a participar activamente en la fiesta del trabajo.
Viva el 1º de mayo
Viva la clase trabajadora