Hoy viernes, manifestación de apoyo a l@s trabajadores de Porcelanas Bidasoa. La cita es a las 18,50 delante del ayuntamiento. Reproducimos aquí el artículo del compañero de Ezker Batua Manolo Millan, concejal en el ayuntamiento de Irun:
Los cantos funebres por el fallecimiento de Porcelanas Bidasoa llegan a todos los oidos. No nos sorprende el anuncio de cierre de la dirección por medio de un ERE presentado el 15 de octubre.
Sin embargo, la empresa aún tiene posibilidades de continuar. Tiene trabajadores cualificados que quieren seguir, tiene una marca con prestigio, un mercado aunque más reducido y cuenta con los posibles ingresos de la recalificación urbanística. Sólo falta la voluntad de intervenir del conjunto de las instituciones públicas.
Sin embargo, la empresa aún tiene posibilidades de continuar. Tiene trabajadores cualificados que quieren seguir, tiene una marca con prestigio, un mercado aunque más reducido y cuenta con los posibles ingresos de la recalificación urbanística. Sólo falta la voluntad de intervenir del conjunto de las instituciones públicas.
El primer paso imprescindible, que tenía que haberse dado hace años, es el despido de la actual dirección de la empresa, que ha funcionado de engaño en engaño, año tras año, y que fue puesta por la Delegación de Hacienda de la Diputación Foral de Gipuzkoa, propietario real por ser el mayor acreedor. Una dirección que ha demostrado moverse por intereses ajenos y distintos al mantenimiento de los puestos de trabajo, habilmente utilizados como señuelo y excusa. La Diputación tiene una gran responsabilidad por no haber hecho un seguimiento ni controlado a los directivos que puso hace cinco o seis años y que han demostrado una absoluta incapacidad.
¿Por qué cuando en julio de 2007, al despedir 60 empleados, incumplir el Convenio, y evidenciar la dirección de la empresa que el Plan de viabilidad era papel mojado, ninguna institución se plantó y exigió claridad, especialmente quiénes los nombraron?
Porcelanas, esa empresa emblematica irunesa, aún hoy es recuperable, pero hace falta que las instituciones se impliquen. Primero la Delegación de Trabajo del Gobierno Vasco rechazando el ERE, segundo la Diputación cambiando la dirección para que presente un Plan de viabilidad creible, y tercero el ayuntamiento de Irun renegociando su reubicación.
